Para nadar con estos gigantes en la famosa bahía, sólo está permitido hacer snorkel. Buceadores y burbujas afectarían claramente el comportamiento y la alimentación en continuo movimiento de las mantas. Sin olvidar que, tras pocos minutos en el agua, uno se da cuenta que bucear no sería la mejor opción para disfrutar del espectáculo que acontece tan cerca de la superficie.
El acceso de los barcos a la zona del atolón donde las mantas se alimentan está restringido intentando así, no molestar a los animales y evitar la disminución de ejemplares en la zona. El número de personas que puede hacer snorkel es limitado, se debe reservar previamente y pagar una tasa que contribuye al mantenimiento de la Reserva. Los visitantes acceden al agua tras recibir instrucciones detalladas sobre cómo actuar en cada momento, en grupos limitados y bajo la supervisión de un guía local certificado. Aunque pueda parecer algo restrictivo, poco después y sin ningún tipo de esfuerzo las mantas siempre acaban nadando cerca, incluso muy cerca, de todo aquel que respete su espacio y su forma de alimentarse, ya sea colectiva “en formación” o individualmente realizando loopings sin cesar.
Hay que tener calma y observar el recorrido que las mantas realizan ininterrumpidamente a lo largo del canal. Las idas y venidas son constantes, por lo que incluso, en poco tiempo, puedes llegar a reconocer algunos individuos con marcas inconfundibles como manchas o incluso mordeduras, algunas de ellas cicatrizadas, pero otras también recientes.
Aunque las principales restricciones están establecidas para la bahía de Hanifaru, en las otras zonas del atolón de Baa el buceo está permitido. Tanta congregación de individuos alimentándose en la bahía explica el gran número de avistamientos por parte de buceadores en el exterior del atolón, no sólo de mantas sino también, con un poco de suerte, de tiburones ballena.
Cuando se va a Hanifaru es muy importante tener en cuenta que no es un Aquarium, es la naturaleza salvaje, las mantas y los tiburones ballena pueden estar o no, puede haber pocas, muchísimas o incluso, ninguna. La temporada “oficial” en Hanifaru es de mayo a noviembre, aunque las mayores congregaciones de mantas suelen producirse entre los meses de agosto y septiembre.